"Dice la Leyenda que, al nacer el Mundo, éste se hallaba sólo habitado por el hombre y la mujer.
Ante su soledad, la madre de todos los humanos hizo un agujero en el suelo y de éste fue sacando a todos los animales que hoy conocemos.
El último fue el caribú, para que el Hombre se alimentara de él. Al poco tiempo, el caribú era muy abundante, y los hijos de la mujer, que vivían de la caza, se dedicaron a cazar a los ejemplares más grandes y robustos, despreciando a los débiles y enfermos.
Llegó un día en que sólo quedaron caribúes flacos que no eran cazados por miedo a que su carne les transmitiera su debilidad.
Los cazadores hablaron a su madre y la mujer habló con Käila, Diosa del Cielo, quien a su vez visitó a Amarok, el Espíritu Sagrado del Lobo, y le transmitió la necesidad de que sus hijos, los lobos, cazasen caribúes débiles y enfermos para que en los rebaños volvieran a exisistir los ejemplares vigorosos y hermosos que sirvieran de alimento al Hombre.
Y así fue, pues desde entonces los lobos sólo cazan animales débiles y enfermos, para que el hombre pueda disfrutar de los más fuertes."